Principios Pedagógicos
¿QUÉ ES UNA PEDAGOGÍA ACTIVA-MODELATIVA?
SOCIALIZACIÓN, COMUNICACIÓN Y PARTICIPACIÓN
El principal objetivo de la pedagogía, se centra en el desarrollo libre del ser humano. Los estudiantes tienen autonomía a la hora de tomar decisiones, siempre bajo la supervisión de maestros que actúan como guía en su aprendizaje.
Esta pedagogía trata de fomentar el desarrollo integral de la persona a través de la naturaleza y el arte. Proporciona a la niñez una educación en la que el ser humano pueda crecer y aprender integrando tres aspectos innatos que son: el pensamiento, el sentimiento y la voluntad.
Dentro de las escuelas que están bajo esta pedagogía, aunque es diferente a la escuela tradicional, no presentan ninguna preocupación a la hora de que sus estudiantes pasen a estudios superiores con una metodología distinta, ya que, tienen una preparación basada en su autodesarrollo. En primaria realizan tipos de actividades como exposiciones, canto, baile, teatro y expresión corporal que hacen que sean estudiantes más extrovertidos y sin pánico escénico.
RESPETO A LA INDIVIDUALIDAD Y RITMO PERSONAL
Vemos en la enseñanza misma y en la educación un proceso artístico. De ese modo, la actividad pedagógica se entiende como una promoción de las facultades de comprensión, de la creatividad y de la responsabilidad social que se despliegan en el individuo. Así, la pedagogía se convierte en una participación creadora en el proceso de cada ser humano y de la sociedad.
Dentro del marco social, se desarrolla la actividad pedagógica propiamente dicha. La meta primera de un maestro, es la de «despertar las facultades individuales del estudiante». Obviamente, el criterio del rendimiento del estudiante se acepta sólo parcialmente. «El éxito del estudiante como única medida de su rendimiento y como criterio de selección, conduce, más que a un fomento auténtico de sus dotes intelectuales, a una explotación de las mismas».
ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
El punto de partida sobre este tema es probablemente muy conocido y a la vez bastante obviado. La base de la labor del educador es el amor al estudiante. Es imposible concebir el educar de verdad, si es que no se ama a la persona. Ese mismo amor debe llevar al maestro a la búsqueda de la superación del estudiante. Después de todo, la misión última del maestro es que su discípulo le supere. Paralelamente, esto exige que el maestro busque su propia superación para tener un mayor espectro que ofrecer al estudiante para despertar en él la mayoría de sus potencialidades.
Ahora, ese proceso educativo debe darse sobre la base del respeto de las etapas evolutivas humanas; lo que exige del educador una gran capacidad de observación para detectar los momentos oportunos y saludables para ofrecer o no ciertos contenidos, vivencias y demás. Hasta aquí, es posible observar que el educador requiere una gran conciencia de sí mismo. Y a las razones dadas, se suma una más: la imitación. Si el educador es un ser digno de imitarse, es lógico que se ofrezca a sí mismo como una persona honorable, respetable, admirable y amada.
Al considerar el primer septenio, se observa que la base del proceso educativo son la facultad imitativa del estudiante y la ejemplaridad del adulto. Ambas se refieren, en síntesis, a la proyección del adulto sobre el estudiante. ¿Por qué? Debido a que la imitación requiere de un buen ejemplo y, por lo tanto, se resalta la importancia de la conciencia del adulto sobre sí mismo. Esto implica diversos aspectos tales como presencia, habla, mirada, respeto a la fantasía, respeto al desarrollo evolutivo ajeno, lectura actual del entorno y un espíritu rebelde y libre.
Al tomar en cuenta estos elementos y extrapolarlos a la Educación, se obtiene lo siguiente: Una educación inserta en el contexto y, de esa manera, capaz de responder a las exigencias educativas presentes y futuras. Ello implica la necesidad de ser integradora y poseedora de un pensamiento ordenado. Sin embargo, no se detiene en el presente o en el entorno inmediato sino que es trascendente respecto al tiempo, al espacio y a las modas. Ello se debe a que es una educación que busca la libertad y la autonomía del ser humano.
Dicho deseo de libertad implica el desarrollo de una existencia trascendental con un fuerte cuestionamiento por el sentido de los diversos aspectos, hechos y fenómenos de la vida.
En esta misma línea, se exige un maestro no autoritario, no impositivo; sino uno que posea una autoridad cedida por el estudiante; ya sea por amor o admiración. Es decir que la autoridad del maestro no viene con el cargo. Un maestro verdadero debe ganarse su autoridad.
CONSTRUCCIÓN DE LOS PROPIOS APRENDIZAJES
En todos los cursos, los estudiantes elaboran los libros de texto de todas las asignaturas. La Biblioteca de clase es un elemento principal para fomentar la consulta y la lectura. Desde 1° de Primaria se estudia de manera viva y los estudiantes participan en todos los trabajos artesanales. Las materias se enseñan de forma que los estudiantes vivan los procesos, descubran las leyes de la naturaleza y se despierte su interés por el mundo, los seres y las cosas que los rodean.